lunes, 25 de abril de 2011

La soledad de Aurora III


Como ya mencioné, a Aurora no le interesaban las relaciones estables. A pesar de su característica bipolaridad, tenía claro que no le convenía dejarse amarrar por nada ni nadie y lo último que pretendía era limitar su libertad. Sin embargo supongo que como todas y todos buscaba enamorarse y tenía la intención de encontrar a alguien capaz de cambiar por completo su filosofía. Ya dije que esta niña (o mujer) no conocía los límites de la contradicción, y cada día negaba la existencia del amor con la esperanza de que tal vez en el fondo existiese algo tan extremo y radical. Este pequeño detalle explicaba su promiscuidad (si podemos llamarlo de esta forma). Creía firmemente que entre tanto polvo algún día tropezaría con algo capaz de labrar sentimientos desmedidos dentro de ella. Mientras tanto ensayaba, probaba y mataba el tiempo en su sala de espera.


2 comentarios:

  1. Tu hermana me ha dado tu blog, qué buen comienzo de resaca de esta sábado apagado. Aurora.
    Me ha dado mucha alegría ver que estás escribiendo,no pares. Un abrazo desde Swans.Jose

    Mira este blog de una gente de Marbella en Madrid y busca textos de Antonio Prieto.

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  2. cristina,no sale el nombre del blog arriba, realiza una busqueda de ardemarbella.

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