Me devoraste entera
Usurpaste todo
y estuve esquelética
tres semanas
dos días
y siete horas
Y te quise odiar
para poder morderte también
y sustituirte
por alguna otra droga
capaz de borrar tu asimetría
Pero los cristales que infectaban nuestra piel
habían rozado también el alma
Y sangrábamos tanto
que tuvimos que lamernos las heridas
cosernos los ojos
Y de nuevo
esperar
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