viernes, 30 de diciembre de 2011

Hola


Hola a aquellas personas que no se cansaron de jugar. A vosotros, que os ahogasteis en vuestro propio vaso de agua, lleno de mentiras, piezas de puzzle. Hola a todos los que pensaron que aprender a bailar con el vacío sería tarea fácil. A ti, que quisiste sentir la adrenalina a pesar de las advertencias y te asomaste al precipicio.
Hola a todo el mundo que se ha dejado engañar. A los ludópatas del desamor, de la torpeza provocada, de la purpurina comprometida, esa que se pega a la piel y no se va. A todos vosotros, obsesos de la esperanza, obesos del cambio insoportable. A nosotros, malabaristas de espinas, soñadores de lo inviable. Hola a todos los que lágrimas abrasaron sus mejillas. Hola a los que se incorporaron, sanaron sus heridas y lo volvieron a repetir.
Al ilusionista, al extremo, al del caos anunciado, al que se arropó con la esquina de la habitación, al que quiso caer; hola.

miércoles, 6 de julio de 2011

Distancias que hunden

La distancia. Acolchando los kilómetros que separan nuestros cuerpos, un día, un día muy esperado, creí verlo finalmente con claridad. Me dije, sí, ya está, hoy me he dado cuenta y esto no tiene sentido, estoy perdiendo la vida sin mi. No comparto sus días, no comparto sus madrugadas, no comparto sus compras en el supermercado ni sus facturas de teléfono. Y pensé en lo idiota que había sido, en lo absurdo de la situación a la que habíamos llegado, absteniéndonos de vivir por algo efímero que ni si quiera podíamos tocar. Fue un sentimiento que me atormentó durante mucho tiempo, no me entraba en la cabeza como habíamos logrado construir algo tan grande y pesado sobre unos cimientos tan invisibles; tan transparentes.

Y lo más lógico sería acabar esta autoreflexión con una explicación coherente a todo este problema, una solución, algo positivo que logre sostener este edificio derruido un poco más, pero no. En la distancia se lucha en conjunto y esta vez no tuve el valor de inventarme una excusa para continuar hundiéndome en su miseria.


domingo, 5 de junio de 2011

De encuentros inesperados



Es una mente divertida, llena de problemas con aroma a noche y ambigüedad. Ese tipo de personas que inspiran bien y son mal. Un Peter Sellers del siglo XXI.

Sonríe extraño, arqueando las cejas y te transmite algo tan inusual que sabes que es eso lo que te gusta de él aunque al final todo se acabe resumiendo en desconfianza y parodia nociva. Seguramente hay algo que no marcha bien en su interior; no te mira cuando te habla, observa pensativo las paredes, tiene manías caóticas y a veces habla solo. Y sí, es muy probable que se trate de una mente perversa y mal colocada, pero eso te provoca tanto morbo que no puedes evitar dejarte llevar. Aparecen en tu cabeza la imagen de tu padre, de tu madre, de tu abuela, de tu abuelo y de esa otra persona capaz de remorderte la conciencia. Un escalofrío logra erizarte la piel. Él te acaricia la rodilla izquierda y vuelves. No necesita preguntarte que te acaba de pasar; lo sabe, y susurra "no tiembles, todo ira bien". Es cuando te das cuenta de que es él quien podría calcinarte el alma.

sábado, 7 de mayo de 2011

Niebla


Dulce contradicción
que enganchas fuerte
para cavar un pozo
en un frágil vacío

Un vacío
saciado de niebla
con disfraz de alma
y silueta de paloma

¿Dónde te escondes?
Ya no jadean las azucenas
Ya no gime el mar
Vuelve

Dulce antagonismo
de noches amargas
y cartas descafeinadas

Un día decidiste
venir para fugarte
dejando un pozo a medias
marcado en este vacío







domingo, 1 de mayo de 2011

Todos los días son tu día


Para mí todos los días son el día de la madre y supongo que por eso mismo hoy decido dedicarle unas palabras.

Mujer coraje que me trajo al mundo un 20 de noviembre de 1992. Ella, toda fuerza, toda pasión, toda creatividad, me regaló un mundo abstracto donde el objetivo se encontraba en aprender a amar los pequeños detalles de la vida. Me presentó a Queen, a Neil Young, a Bob Dylan y a David Bowie. Me inculcó una pasión delirante por la música, para que algún día fuese capaz de disfrutar de cualquier género. Me enseñó a ver cine y en la estantería del salón se mezclaban "El Rey León" y "Los Aristogatos" con "El Guateque", "Un Cadáver a los Postres" y "El Gendarme de Saint Tropez".

Ella me animó a ser lo que yo quisiese ser y me recordaba diariamente que no necesitaba depender de nadie para ser feliz. Aprendí a no tener miedo de mi cuerpo, a quererme, a saber que la vida no iba a ser fácil y mucho menos lo iba a ser crecer. Tuvo que soltarme mas de una bofetada merecida y gracias a ello supe lo que era la disciplina, el respeto y la educación.

Me compró mi primer libro y me enseñó a sentir debilidad por la literatura. Quiso que me aficionase a Beatrix Potter y no a Pokemon, y cuando crecí me prestó a Cortázar, Bukowski y Salinas. Aunque de forma oculta, ella también escribía, y supongo que eso también me animó a agarrar un boli y un papel...

Ella, toda inspiración. Te quiero mamá.

lunes, 25 de abril de 2011

La soledad de Aurora III


Como ya mencioné, a Aurora no le interesaban las relaciones estables. A pesar de su característica bipolaridad, tenía claro que no le convenía dejarse amarrar por nada ni nadie y lo último que pretendía era limitar su libertad. Sin embargo supongo que como todas y todos buscaba enamorarse y tenía la intención de encontrar a alguien capaz de cambiar por completo su filosofía. Ya dije que esta niña (o mujer) no conocía los límites de la contradicción, y cada día negaba la existencia del amor con la esperanza de que tal vez en el fondo existiese algo tan extremo y radical. Este pequeño detalle explicaba su promiscuidad (si podemos llamarlo de esta forma). Creía firmemente que entre tanto polvo algún día tropezaría con algo capaz de labrar sentimientos desmedidos dentro de ella. Mientras tanto ensayaba, probaba y mataba el tiempo en su sala de espera.


lunes, 28 de marzo de 2011

Me devoraste entera


Me devoraste entera
Usurpaste todo
y estuve esquelética
tres semanas
dos días
y siete horas

Y te quise odiar
para poder morderte también
y sustituirte
por alguna otra droga
capaz de borrar tu asimetría

Pero los cristales que infectaban nuestra piel
habían rozado también el alma
Y sangrábamos tanto
que tuvimos que lamernos las heridas
cosernos los ojos
Y de nuevo
esperar

domingo, 27 de marzo de 2011

Do(r)mingo


Que bueno eso de bailar con desconocidos
Perder el control del alcohol
Y de los pies
Y de la purpurina que empapa nuestros labios

Joder, que bueno

Dejarse arrastrar por un juego masoquista
Inventarse un nombre
Mentir
Ser algo que mañana despertará la vergüenza ajena

Tan adictivo que rasga la razón
Tan suicida que arde
Y pica
Y duele



martes, 22 de marzo de 2011

Infancia



De pequeña quería ser arqueóloga, y además lo tenía muy claro. Las demás niñas me miraban extrañadas; ellas iban a ser actrices, modelos, cantantes y famosas. Robaban maquillaje a sus madres y simulaban vivir en una gran mansión de Hollywood con grandes jardines y cocina americana. Yo estaba emocionada con aquel juego de moldes que me regalaron unas navidades. Dejaba la habitación hecha un desastre y me tiraba horas creando pequeñas esculturas egipcias que siempre acababan rotas. No era normal la ilusión que le hacía a una niña de 8 años ver un programa sobre historia con su padre en National Geographic. No necesitaba nada más, me sobraba felicidad. Cuando me preguntaban que qué quería a ser de mayor, contestaba decidida, "arqueóloga en una excavación egipcia". Se quedaban anonadados; supongo que esperaban otro tipo de respuesta. Y no se que pasó que crecimos. Y todo cambió. Recuerdo a la perfección el día en el que le dije a mi padre, "Papá, pero yo de que viviría, si ya está todo descubierto". Y creo que eso y la adolescencia esfumaron mi sueño.

lunes, 14 de marzo de 2011

Ella II



Era tan brutal que hasta el humo de su cigarro se le resistía. Todos la miraban raro, y eso era lo que más le gustaba. Tendríais que haberla visto con ese flequillo negro carbon mal cortado. Su mirada llena de oscuridad y su forma de vestir digamos que diferente. Bailaba como si se hubiese metido cinco rayas de cocaína y tenía una extraña obsesión por la música. Estaba empeñada en que ella no pertenecía a esta generación; el destino se había equivocado. Se imaginaba en Londres, finales de los 70, The Clash, Sex Pistols, perdida por Denmark street, con un libro de poesía beat en la mano. O tal vez en Woodstock, hasta arriba de LSD, cantando "Hey Joe", desnuda ante el mismísimo Jimi Hendrix. Ella habría sido toda feliz; os lo aseguro.




domingo, 6 de marzo de 2011

La soledad de Aurora II


Volvió. Con pocas ganas, pero el 23 de Marzo aterrizaba su avión en Barajas. 17:55. Sonaba Sigur Ros en su reproductor a pesar de que la azafata le había advertido minutos antes que debía apagar todos los aparatos electrónicos. Poco le importaba. Un sol cálido acariciaba el rostro de Aurora. Pero los destellos del atardecer no impedían que se asomara por la ventanilla.

Madrid se desplegaba a lo lejos. Tan diminuta y monumental. No había echado de menos su ciudad hasta ahora. Su aroma a tabaco, a whisky malo, a mala vida a dulce muerte. Deseaba volver a fumar su contaminación, pasear sus calles aglomeradas, escuchar el eco del tráfico y perderse entre su gente.

Estaba muy tranquila. Sabía que él no estaría esperándola en el aeropuerto, y eso la aliviaba. El reencuentro iba a ser demasiado violento. Ella se había marchado con las ideas desordenadas pero volvía sumida en el caos. No tenía ganas de verle. Ni de ese café, ni de esa caña, ni de ese vino, ni de ese polvo.



viernes, 4 de marzo de 2011

Ella I

Dudo mucho que tratéis de buscar lo que esconde dentro. No tenéis agallas. Sabéis que es mejor no saber quién es ni porque. Huiréis del aroma de su pelo, por miedo al suicidio. Rechazareis sus besos por miedo a la drogadicción. Tampoco digo que fuese a ser algo fascinante, que pudiese llegar a cambiar vuestras vidas. Pero os conozco y se que sus manías no despertarían vuestra intriga. Es más fácil agarrar unos brazos maleables y la simpleza que no esconden algunas, que dejarse llevar por su locura, su incoherencia y bipolaridad. Yo, si hubiese sido hombre, habría estado locamente enamorado de ella, os lo aseguro. Pero a vosotros lo diferente, lo complicado, no os interesa. Os llama más bien poco la atención. ¿Para qué? Si solo os entorpecerá la vida, os dará un fuerte dolor de cabeza; noches en vela, un mundo del absurdo, lejos de vuestra cómoda normalidad.

Será algo más que vosotros; y eso os jode.

Pero a ti, si algún día la locura azota tu cabeza y decides dejarte caer, acabarás desquiciado, alcohólico, chalado, maltratado, esquizofrénico...Y descubrirás donde se ocultan sus cosquillas. Y entonces te sentirás importante, el más valiente, el más capaz, el más afortunado y el más frágil y vulnerable . La tendrás entre tus brazos y aunque cada día te devore el alma nunca sabrás soltarla.


Para ti.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Tú esperas gestos. Yo palabras.

Un día se cruzaron en mi vida una película y una poesía. Una poesía dentro de una película, una película sobre poesía. Tendría unos 15 años la primera vez que descubrí "Báilame el agua". Cine casi perfecto. Tal vez fuera la historia, los personajes, ese Madrid de los 90, la banda sonora, la fotografía, la especial producción, o que simplemente me pilló en el momento adecuado. Era extraña pero encantadora, tenía un "no se que", algo diferente que te agitaba y te tenía días enteros dándole vueltas a la cabeza. Los que conocéis la película sabéis a lo que me refiero.

Suelo recurrir a los versos de su poesía cada poco tiempo. Y nunca me cansaré de leerla. Vicio de todos los amantes de los amores perros.
Báilame el agua.

Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.

lunes, 28 de febrero de 2011

La soledad de Aurora I



El siguiente relato es la primera parte de una cadena de historias, ficticias o reales. Eso depende de ti.



Él, todo nervios, expectante, agresivo, balbuceó:

-Llevas dos años mareándome. Puta. Te mordía entera. Te quiero y te odio más que a nada. Siempre me haces lo mismo. Apareces, desapareces. Tú, siempre mágica, impura, sucia, envenenada: tan "de mentira". He sido y sigo siendo una jodida marioneta entre tus dedos de hojalata. Eres el más enfermizo de todos lo vicios. Me mandarás una estúpida postal desde allí, como cuándo te fuiste a París o a Estocolmo con aquel tipo de pelo rubio. Te conozco demasiado bien. No te marches.

Desconcertado, la miraba. Pero Aurora no se dejaba ver. Era pura contradicción, impredecible, la mayor perdición que paseó las calles de Madrid. Os aseguro que jamás conocí a una persona capaz de enganchar así. La más dulce de las drogas, enrevesada y temiblemente encantadora. Era el secreto mejor guardado de esta ciudad; desenamorada de la vida, se encargaba de hacer todo lo que le pedía el cuerpo. Los hombres se apartaban de ella, intimidados, acomplejados huían de su complejidad. Ellas no podían evitar admirar su fuerza, el morbo que desprendía. Todas querían ser Aurora.

Odiaba la normalidad. Por lo tanto evitaba también los síntomas de las relaciones estables. A ella todo eso le acababa aburriendo. No podía estarse quieta y para colmo andaba enamorada de la soledad.

Sin borrar la indiferencia de su cara, sin mirarle a los ojos, sin tan si quiera levantar la mirada, habló:

-Pero que quieres que haga, sí nunca he estado en Kiev; sí tu me evades de una realidad y él de otra. No me mires así. No deberían sorprenderte estas palabras, me conoces, sabes de sobra que no me gusta lo convencional. El avión sale a las 06:15, ¿a que hora me recoges? En dos semanas vuelvo. Lo arreglamos el 23 de marzo en tu casa. Un café, una caña, un vino, un polvo. No me olvides. Espérame en la T-4. Y llámame.


jueves, 24 de febrero de 2011

Creo que he vuelto

Tuve un primer intento de vicio hacia esto que llaman blog hace unos cuantos meses y sin ninguna duda fue todo un fracaso. Reconozco ser una persona bastante pasota, sobre todo cuando se trata de ser constante, aunque prefiero clasificarlo de "odio hacia la rutina" más que de simple vagancia (creo que suena mejor). Suelo agarrar los proyectos con una ilusión colosal, me obsesiono y hablo sobre ello durante días e incluso semanas, sin embargo acabo perdiendo el interés. Esto me pasa también con otros temas de los que ya hablaré en otro momento. Ahora lo que quiero es proponerme escribir más, no voy a decir que todos los días, porque no me interesa engañar a nadie, pero juro ser algo más responsable.

¿Y por qué ahora? Pues bueno, tal vez sean las ganas de plasmar todo lo que estoy viviendo o el aburrimiento o la nostalgia...Aunque he de reconocer que me ha entrado un repentino instinto maternal (y mucha envidia) al ver como mi amigo Sergio mima y cuida diariamente su nuevo blog.

El caso es que volvemos a empezar; a ver si esta vez funciona. Me llamo Cristina y tengo dieciocho años. A lo mejor te has cruzado con este blog por casualidad, tal vez seas un buen amigo, un compañero, un amor platónico, un gran enemigo, una cara conocida o un simple desconocido. No importa. No pretendo fascinar a nadie con este blog. Va a tratar sobre mi; pensamientos, momentos puntuales y la vida en sí. Será una herramienta para desahogarme, para compartir aquellas cosas que me estremecen, que me llaman la atención. Un juego, un kleenex, un chiste y simples palabras.

Finalmente aprovecho esta entrada para compartir algunas instantáneas del verano pasado...Es ahora cuando se echa de menos ese sol "marbellí". Buena compañía, playa, calor, cerveza, vacaciones. Intensidad irremplazable añorada desde Madrid.

Mediodía bajo el sol

Atardecer

Simplemente verano